En la Unidad de Dermatología del Hospital Virgen del Mar contamos con un equipo médico especializado en el diagnóstico y tratamiento de la rosácea.
¿Qué es la rosácea y cómo se manifiesta?
La rosácea es una enfermedad dermatológica de carácter crónico que afecta generalmente a la piel del rostro y suele localizarse en la región central del rostro: nariz, frente, mejillas y mentón.
Se da con más frecuencia en adultos de entre 30 y 60 años.
¿Cuáles son los síntomas de la rosácea?
- Eritema persistente. Provoca un enrojecimiento facial crónico que no desaparece y que se puede intensificar en momentos de estrés, si hace calor, frío, etc.
- Flushing o rubor transitorio. Son comunes los episodios súbitos de calor y enrojecimiento, acompañados de una sensación de ardor.
- Telangiectasias. Es habitual que los vasos capilares estén dilatados y resulten visibles en la superficie de la piel.
- Pápulas y pústulas. Son protuberancias rojas con o sin contenido purulento, muy similares al acné, pero sin puntos negros o blancos (comedones).
- Engrosamiento cutáneo. En casos avanzados la piel se puede volver más gruesa, especialmente en la zona de la nariz (rinofima) como consecuencia de una hiperplasia sebácea progresiva.
- Rosácea ocular. Puede causar ojo rojo, sequedad, picazón, sensación arenosa y hasta inflamación de los párpados (blefaritis).
¿Cuáles son las causas de la rosácea?
No hay un único factor que cause la rosácea en la piel. La etiología todavía no está clara a día de hoy, pero se sabe que hay factores que pueden contribuir a su aparición y evolución:
Factores genéticos
- Si hay antecedentes familiares de rosácea, existe una mayor probabilidad de acabar desarrollando esta patología.
- Disfunción inmunológica y desequilibrio del microbioma cutáneo
- Ciertas alteraciones en la respuesta inmune innata pueden favorecer la inflamación cutánea. También el desequilibrio del microbioma cutáneo se relaciona con la inflamación, especialmente si hay una alta concentración del ácaro Demodex folliculorum o de la bacteria Bacillus oleronius.
Factores vasculares
La hiperreactividad de los vasos sanguíneos del rostro puede ser causa de un enrojecimiento crónico.
Factores ambientales y estilo de vida
La rosácea puede aparecer en los siguientes casos:
- En episodios de mucho estrés emocional.
- Si se consume alcohol de manera habitual.
- Por la utilización de cosméticos irritantes.
- Si se consume comida picante o caliente.
- Por cambios bruscos de temperatura.
- Por efecto de la radiación solar.
Tipos de rosácea
Cada subtipo de rosácea tiene unas manifestaciones clínicas particulares. Saber qué tipo tiene el paciente es fundamental para adaptar el tratamiento y que este sea más efectivo.
Rosácea eritematotelangiectásica
Es el tipo más común en las fases iniciales y se caracteriza por:
- Enrojecimiento permanente en la zona central del rostro.
- Telangiectasias evidentes.
- Enrojecimiento frecuente.
- Sensación de ardor y tirantez.
Rosácea papulopustulosa
Esta tipología es más habitual en mujeres de mediana edad. Su sintomatología incluye la aparición de pápulas inflamadas y pústulas, por lo que puede llegar a confundirse con un brote de acné.
Rosácea fimatosa
Se produce en etapas avanzadas y conlleva un engrosamiento y una textura irregular de la piel, así como un agrandamiento progresivo de la nariz con aspecto bulboso. En muchos casos es necesario un tratamiento quirúrgico o con láser para devolver a la piel el aspecto más saludable posible.
Rosácea ocular
En algunos casos puede llegar a aparecer antes que las manifestaciones cutáneas de la rosácea. Incluye síntomas como enrojecimiento del ojo; sensación de tener un cuerpo extraño; inflamación de los párpados; conjuntivitis y fotofobia.
Tratamiento para la rosácea
En la rosácea el tratamiento puede mejorar de forma notable la calidad de vida de quien la padece, existen varios tratamientos.
Tratamientos tópicos
Algunas cremas pueden ayudar a mejorar los síntomas, así como mantener una rutina de limpieza diaria.
Tratamientos sistémicos
Es habitual recetar antibióticos orales para las fórmulas papulopustulosas y para los casos más resistentes o de rosácea fimatosa grave.
Tratamientos físicos y estéticos
Para reducir los síntomas se puede recurrir a:
- Láser vascular para el tratamiento de las telangiectasias y el eritema.
- Luz pulsada intensa para mejorar el tono de la piel y las lesiones vasculares.
- Electrocirugía o dermoabrasión en los casos de rinofima.
Cuidados básicos para la rosácea
Las recomendaciones esenciales incluyen:
- Aplicar protector solar de SPF 50 durante todo el año. Pero que sea un producto no comedogénico y formulado especialmente para pieles sensibles.
- Utilizar limpiadores suaves para el rostro, libres de alcohol, fragancias y sustratos.
- No utilizar exfoliantes o cepillos faciales abrasivos.
- Limpiar el rostro con agua tibia o fría.
- Aplicar a diario emolientes calmantes para reforzar la barrera cutánea. Mejor si contienen niacinamida, ceramidas o ácido hialurónico.
- En caso de utilizar maquillaje, recurrir a productos hipoalergénicos, libres de parabenos y no comedogénicos.
- Identificar posibles desencadenantes como el estrés, para intentar evitarlos en la medida de lo posible.
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