¿Qué es la uveítis?
La uveítis es la inflamación de la capa intermedia del globo ocular, la úvea, situada en la zona intermedia del ojo entre la esclerótica y la retina. La úvea es la encargada de llevar, en su mayor parte, aporte sanguíneo a la retina y está formada por el iris, el cuerpo ciliar y la coroides.
Tipos de uveítis
En función del modo en que esta inflamación afecta a la úvea, es posible distinguir diferentes tipos de uveítis:
Uveítis anterior: la más frecuente, 70-90%,tambien llamada iridociclitis, afecta a la córnea, iris y cuerpo ciliar. Provocada en ocasiones por enfermedades autoinmunes tales como la artrtits reumatoide o la espondilitis anquilosante, aunque en la mayoría de los casos la causa es desconocida. Provoca ojo rojo, visión borrosa, dolor y fotofobia.
Uveitis intermedia, afecta a la pars plana, también conocida como pars planitis (zona entre el iris y la coroides). Suele afectar a hombres jóvenes y de causa desconocida, aunque puede asociarse a enfermedad de Crohn o esclerosis múltiple.
Uveítis posterior, se afecta la coroides (coroiditis) y/o también puede afectar a la retina (coriorretinitis) : la pérdida de visión será proporcional al área.
¿Qué riesgos tiene la uveítis?
En los casos más graves se pueden afectar todas las capas, en cuyo caso hablamos de panuveítis. El principal problema de la uveítis, además de los molestos síntomas que provoca a quien la sufre, es que, si no se trata a tiempo, puede provocar una pérdida de visión permanente.
Causas de la uveítis, ¿por qué se produce?
Puede estar originada por enfermedades sistémicas, toxinas, traumatismos oculares y otras causas, aunque en muchos casos se desconoce la etiología.
Además, el tabaco, aunque no está demostrado que provoque la enfermedad, sí puede aumentar la recurrencia y la gravedad de los brotes.
Síntomas de la uveítis
La gran mayoría de los síntomas de la uveítis pueden confundirse con síntomas de otro tipo de afecciones y enfermedades, por lo que es complicado saber si se deben a la inflamación de la úvea o a cualquier otro tipo de problema de salud ocular. Sin embargo, saber identificarlos y monitorearlos es importante, ya que ante su posible recurrencia o empeoramiento se debe acudir a una consulta de oftalmología.
Estos son algunos de los síntomas que puede ocasionar la inflamación de la úvea:
- Enrojecimiento del ojo Visión borrosa/ perdida de visión.
- Incremento de la sensibilidad ante luces brillantes (fotofobia)
- Aparición de miodesopsias o moscas volantes, puntos oscuros que entorpecen el campo de visión asociado.
- Dolor en el ojo. La uveítis, especialmente sus formas crónicas y no tratadas se ven asociadas con una alta incidencia de complicaciones que ponen en riesgo la visión, tales como: Cataratas Desprendimiento de retina Glaucoma Hemorragias intraoculares
- Líquido en la retina (edema macular quístico)
- Pérdida de visión Por eso, ante la aparición de cualquier tipo de molestia como las descritas sobre estas líneas, es primordial solicitar una cita con un especialista en oftalmología que sea capaz de diagnosticar el problema y prescribir el tratamiento más adecuado para combatirla.
Diagnóstico de la uveítis
Cuando se acude a la consulta de un oftalmólogo con las molestias típicas de la uveítis, el especialista deberá llevar a cabo diferentes pruebas diagnósticas con las que poder confirmar o descartar el tipo de problema de salud ocular que sufre el paciente. Se hará un estudio completo y exhaustivo del ojo que incluye desde evaluación de la agudeza visual hasta un examen del fondo de ojo, además de pruebas que nos ayuden a determinar el daño en la retina o demás estructuras del ojo También cuando se diagnostica esta patología se piden analíticas completas destinadas a conocer el estado del paciente así como interconsultas a Medicina Interna y/o Reumatologia para descartar enfermedades asociadas
Tratamiento de la uveítis
El tratamiento de la uveítis debe centrarse en dos frentes de forma simultánea: abordar los síntomas provocados por la inflamación de la úvea para evitar molestias al paciente y prevenir posibles complicaciones o reapariciones del problema una vez ha remitido o ha sido eliminado por completo.
Iniciar el tratamiento adecuado lo antes posible es esencial para cumplir con estas dos premisas, y este dependerá del problema de salud que esté causando la inflamación de la úvea. Todos los tratamientos para la uveítis se basan en el uso de fármacos, pero serán el oftalmólogo y los especialistas de otras ramas, si es que terminan viéndose implicados, los que decidan cuál es el más apropiado y en qué cantidad y periodicidad es necesario aplicarlo.
No es lo mismo que una inflamación en la úvea se manifieste como consecuencia de una infección vírica a que lo haga por culpa de un trastorno autoinmune, las necesidades del organismo para poder alcanzar de nuevo el equilibrio son muy diferentes. Además, si el paciente sufre de complicaciones como el glaucoma o las cataratas, puede ser necesario hacer cambios o adiciones en el tratamiento.
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