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La cirugía de bypass ha demostrado ser una solución eficaz para pacientes adultos con un IMC superior a 35 que necesitan conseguir una bajada de peso rápida por el bien de su salud.
Se trata de una intervención quirúrgica cuyo objetivo es cambiar la morfología del estómago, creando una cavidad mucho más pequeña de la habitual y conectándola además de forma directa al intestino delgado. Esto consigue que se llene el estómago con menor ingesta de alimentos, y además que de lo ingerido se absorba un poco menos de calorías y nutrientes. Además, los cambios favorables de las hormonas que regulan el apetito y la saciedad (derivadas del tracto digestivo) permite ganar control y reducir el apetito basal.
Por lo general, las complicaciones de este procedimiento son mínimas, pero es importante comprender que el éxito del tratamiento depende en gran medida del compromiso del paciente. La disposición de implementar cambios considerables en la rutina de alimentación diaria es esencial para alcanzar los resultados deseados sin que ello afecte al bienestar de la persona.
El bypass gástrico puede tener efectos secundarios que suelen ser leves y presentarse durante las primeras horas tras la operación, pero también hay ciertos efectos secundarios del bypass gástrico a largo plazo que pueden manifestarse si el paciente no se cuida como debe.
Durante los primeros días tras la operación de bypass gástrico, los pacientes pueden experimentar náuseas y con menos frecuencia algún vómito. Esto se debe a la necesidad de adaptarse a comer en cantidades menores que resulten adecuadas para el nuevo tamaño de su estómago. Tienden a mejorar notablemente una vez que el paciente aprende a ajustar su ingesta de alimentos de la mano de un nutricionista experto, centrándose además en masticar bien y comer despacio para facilitar la digestión.
A largo plazo, existen algunos efectos secundarios que conviene resaltar. Uno es el síndrome de Dumping tardío o hipoglucemia postprandial (bajos niveles de azúcar en sangre después de comer), esto suele desencadenarse sobre todo por consumo excesivo de azúcares, sobre todo refinados, por lo que reducir su consumo y favorecer la ingesta de carbohidratos de absorción lenta orientado por un nutricionista suele evitar este molesto efecto secundario.
El segundo, es la menor ingesta y absorción de micronutrientes como diversas vitaminas y minerales. En los últimos años se han producido multivitamínicos específicos y a medida para las personas intervenidas de bypass gástrico, lo que, unido aun seguimiento adecuado por médico endocrinólogo en nuestra unidad y la realización de analíticas de control, permite evitar déficits de nutrientes.
También es importante la gestión del cambio tras la cirugía, como nos sentimos, como nos vemos, el componente emocional, el estrés concomitante, las expectativas, los miedos, los cambios, los retos, los hábitos, por todo ello es imprescindible el seguimiento por psicología.
Por eso es importante seguir de cerca las indicaciones del equipo médico del Hospital Virgen del Mar, donde el seguimiento postoperatorio es clave para prevenir y evitar este tipo de riesgos.
Son menos comunes, pero los cálculos biliares y el estreñimiento también pueden presentarse como efectos secundarios del bypass gástrico. Ahora bien, el tratamiento médico apropiado abordará estas complicaciones de forma efectiva, consiguiendo minimizar su impacto en la salud del paciente de bypass.
En principio, haciendo las cosas bien y siguiendo al pie de la letra los consejos de nuestro equipo médico de la Unidad de Obesidad, los efectos secundarios del bypass gástrico no deben pasar de unas molestias leves durante los primeros días. A partir de ahí, con una ingesta de alimentos apropiada, todo debe ser fácilmente controlable y previsible, sin contratiempos ni grandes preocupaciones.
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